Tener una relación a distancia implica muchas cosas y etapas; madurez, comprensión, saber esperar, pero también están esas etapas de celos, tristeza o esos arranques de quiero verte, pero no podemos hacer nada además de hablar por video llamada. Entonces comienzas a ensancharte con la distancia, comienzas a odiarla porque no entiendes, tratas de hacerlo, pero tu cerebro no cede. Lo que no sabes es que la distancia te ayuda a valorar. Cuando extrañas a esa persona, le piensas y valoras el que esté contigo a pesar de la distancia, a pesar que hay millones de personas en el mundo y sólo una te espera en otro pedazo de tierra y que no deseas más nada que sólo pase el tiempo, para que él te gratifique por la paciencia que has tenido por saber esperar, y vaya que Roma no se construyó en un día… Pues así es la espera de tu amor en otro pedazo de tierra.
Se prepara el terreno, se eligen materiales, se escoge un diseño para la estructura; en ella se trabaja poco a poco a hasta conseguir lo que se desea. Así es el amor a distancia, se necesita una preparación mental. Tienes una estructura a la cual cuidar y trabajar con unos materiales adecuados y específicos; amor, compresión, tiempo, fe, paciencia, perseverancia, confianza, etc. Puedes estimar el tiempo que tardará, pero te aseguro que como Roma, no será en un día. Lo fundamental es respetar la estructura al pasar los años, pues con ella tiene más valor y tiene una importancia enorme por el tiempo y los sucesos que han ocurrido en ella. El amor a distancia es igual cuando pasa el tiempo desesperas por verle sí, pero también sabes que todo lo ocurrido en la relación tras ese tiempo, tiene mucho valor y esfuerzo. Mucho trabajaron las personas para construir a Roma y mucho se trabaja por el ser que se ama.
Lo más gratificante de todo es saber que aunque estés a kilómetros, horas de mi, vale la pena esperar porque no hay nada más hermoso que luchar por lo que se ama… Recuerda, Roma no se construyó en un día.
Te comparto una canción: Rio Roma- odio la distancia