Aquí les dedico a todas las personas que en algún momento de su vida han sentido algún tipo de desprecio o desilusión. Esto tiene como propósito dejarles saber que no están solos y todos en algún momento hemos pasado por desilusiones; sea por familiares, parejas o amigos. Les confieso que de todo lo que he escrito, este es uno de los más sinceros y el que más me aterra publicar. Les invito a que lean este exquisito manjar de sentimientos encontrados. Espero que les sirva para que puedan poner en orden sus propios sentimientos.
Una carta al mundo
Tu orgullo erosionó mi ego
Y como cascada de ira;
Mi piel caliente
Y mi sangre fría.
Para deshacer de mí tu veneno;
Navegué a camas extrañas
Para encontrar quien calentara
La sangre fría que se convirtió en mi ente.
Quede en mi gris mundo.
En ese momento del tiempo,
Donde aún no es día,
Donde aún no es noche.
Casi borraste de mí la sonrisa.
Casi te quedas con mi dignidad.
Escuche de tu boca insultos…
Los cuales nunca imagine podías pronunciar.
Tu orgullo erosionó mi ego.
Me hubiese gustado no despertar.
Hubo un destello de fuerza de voluntad;
Pero, tu orgullo erosiono mi ego.
Perdóname por no seguir luchando.
Tu orgullo erosiono mi ego,
Me quede sin fuerzas con que luchar.
Casi te llevas mi sonrisa y mi dignidad.
Ahora escribo lo que no dije.
Tu orgullo erosionó mi ego.
No me quedaba porque luchar.
Casi me dejas sin alegría, sin fuerzas ni voluntad.
Ahora vivo una corriente de inseguridad.
Me dejaste con miedo a confiar.
No te guardo rencor, solo digo la verdad.
Tu orgullo erosionó mi ego.
Una verdad más me queda por confesar.
A pesar que casi te llevas mi sonrisa,
A pesar que casi me dejas sin dignidad…
Confieso que te amo y nunca te dejare de amar.
Tu orgullo erosionó mi ego.
Lo acabo de reconfirmar.
Casi te llevas mi sonrisa;
Pero, me dejaste sin dignidad.