Durante estos días recordaba todas aquellas resoluciones que había creado en el 2019. Aquellos días de invierno fueron de mucha ilusión pues la llegada de mi pequeña Alexandra Isabel cada vez estaba más cerca. Había soñado ir a tantos lugares con ella, llevarla a conocer tantas personas especiales e incluso daríamos su primer viaje a la ciudad de Nueva York, junto con papá. Sin olvidar mencionar que añoraba ver en mis manos las llaves de nuestro primer hogar. ¡Tantos y tantos planes!
Este año cambió todo lo que habíamos planeado. La combinación de pandemia y maternidad primeriza traería consigo una montaña rusa de emociones. Se experimentan días de aciertos y otros de desaciertos, pues son dos nuevas experiencias en las que cada día aprendes algo nuevo. En ocasiones he sentido la seguridad en lo que estoy haciendo, mientras que, en otras, he necesitado ser quien esté sostenida en brazos cuando la incertidumbre y la frustración entran en escena. ¡Es que nunca dejaremos de ser seres humanos con virtudes e imperfecciones!
Ahora que me encuentro en el mismo lugar donde escribí aquellas resoluciones, esta vez pienso en cómo la vida fue tomando tantos giros y cambió el modo en que recibiría un nuevo año. Esta vez… agradezco que el 2020 dejó muchas lecciones de vida por aprender y las quiero compartir contigo:
1. Cada año llegará con sus propios retos. Crear resoluciones con la posibilidad de cambios nos ayudará a vivir la realidad sin perder la chispa de soñar, crear y planificar.
2. Cuida mucho de ti mismo (a). No podemos cuidar de otros si nos descuidamos. El priorizarnos, tener tiempos de descanso y comer saludable, son algunos de los hábitos que nos ayudarán a sentirnos mejor y sentirnos capacitados para cuidar de los demás.
3. La comunicación es la clave. Muchas veces nos cohibimos de expresar nuestras emociones, particularmente de aquellas que implican tristeza, coraje o temor. El no expresarnos como quisiéramos, pudiera traer consigo otras implicaciones físicas, sociales y emocionales. Escribe sobre éstas o habla con una persona de confianza al respecto.
4. Establecer prioridades. Nos ayuda a organizarnos y dirigir nuestros esfuerzos hacia aquello que es más importante.
5. Encuentra tu red de apoyo. Busca personas en las que puedas confiar y sean participes de tu etapa de vida. Aunque el distanciamiento físico limitó el modo en el que socializamos, la tecnología ha sido una herramienta efectiva para evitar el aislamiento.
6. Conecta con la espiritualidad y la fe. Llevar a cabo una experiencia de vida ligada a la espiritualidad tiene sus múltiples beneficios para la salud en general. Identifica aquella práctica que contribuya de manera integral a tu vida. En mi experiencia personal, he visto como la fe en Dios ha brindado paz y seguridad en tiempos difíciles como los que estamos viviendo.
Te exhorto a que te sientas orgulloso (a) por todo lo que has logrado este año. Diste lo mejor de ti en este año y te espera uno nuevo con grandes aventuras. ¡Qué este 2021 sea uno de muchas bendiciones y experiencias enriquecedoras para ti!