One can’t paint New York as it is, but rather as it is felt. -Georgia O’Keeffe
Parecería ser que por vivir en la ciudad la gran parte de los años de mi vida, este viaje a la gran manzana no me crearía ningún tipo de incomodidad. Clarifico, que este viaje fue turístico y que, por lo tanto, esta experiencia se resume en cuanto a las áreas más famosas y tal vez gentrificadas de New York. Dicho esto, la realidad fue que de la semana que estuve explorando este gran lugar que llevaba años por querer visitar, dejo cierta huella cultural marcada en mi experiencia. Mi primer día fue un doble sabor de asombro, pero a la vez de saturación. La vida rápida, la sobrecarga de estímulos, los lugares que pasan a ser no lugares, la cantidad masiva de personas y a la vez la diversidad de estas, el aprender cómo tomar el subway, ciertamente todo esto fue difícil de procesar al toparme con este cambio de ambiente.
Seis días que fueron volando, se distinguieron porque nos asumimos a la vida rápida, turista de querer ver todo en casi nada de tiempo. La visita a Rocketfeller Center fue uno de estos espacios de estar y contemplar de manera plena el entorno. Es un lugar donde se puede apreciar la isla desde uno de los edificios más altos, creando una experiencia que captura todos tus sentidos. El proceso de llegar a los lugares era el que podía tornar un poco tedioso, pero el encuentro con cada uno de estos distintivos espacios así como, Statue of Liberty, el Plaza Hotel, 9/11 memorial, Grand Central Park, el High Line, Washington Square Park y otra variedad de espacios eran para sumergirte en la exposición, ser parte de ellos y fluir de manera tal que las horas ni te costaban y pasaban, como si el tiempo de momento se convertía liviano que a uno se le olvidaba adscribirse a ese constructo dentro del disfrute.
New York, es una representación de la coexistencia de varios mundos individuales en un espacio. Si bien, esto se representa cuando tomas el famoso tren, donde ves de manera palpable el estilo de vida individualizado que permea a nivel sociocultural en esta ciudad. Cada persona en su encuadre marcado de ese yo único. Aunque, por otro lado, existen comunidades enteras como Chinatown y Little Italy localizadas en Lower Manhattan, que bien representan la diversidad que es distinción por excelencia de esta gran ciudad, desde los orígenes de lo que ha sido New York históricamente. Además, del componente visible de variabilidad en cuanto a personas que constituyen y forman este gran lugar y que como hispanohablante pude toparme con diferentes personas donde tuve intercambios bien amenos sobre lugares de origen (Sí, ese acento boricua es bien reconocible).
Una ciudad llena de arte, un enriquecimiento cultural denotado, desde museos como el Metropolitan Museum of Art o el American Museum of Natural History hasta museos de arte contemporánea como el Museum of Modern Art(MoMa) o el Solom R. Guggenheim. Cuantas exposiciones artísticas no ocurren en este lugar, tanto en espacios concretizados y organizados para esto, como los antes ya mencionado, hasta en cada esquina de los múltiples parques, estaciones del tren o básicamente en cualquier calle, que personas muestran sus talentos, en su mayoría, musicales. Es decir, que la inspiración es vida, es transmitida y es energía que mantiene la gran ciudad que nunca duerme.
De presentar dificultad a procesar y adaptarme a todos los estímulos nuevos que formaron parte de mi realidad por esa semana, salí enamorada de este lugar. Su arquitectura y la paleta de colores que permean en sus edificios te hace sentir que arrastra años de transformación e historia, en conjunto con detalles contemporáneos que te muestran movilización a la innovación. Lo bien que está construida está gran ciudad, es un impacto majestuoso ante los ojos de cualquier disciplina. Pues su formación te permite el desplazo, y de esta forma es más enriquecedora tu experiencia, tanto que puedes ir a las zonas más turísticas, como aquellas que son más residenciales, así como Harlem, el Bronx o Soho de manera accesible. New York es un constante encuentro de ti misma/mo con el espacio, y viceversa. La riqueza cultural que permea te deja con unas ganas de más. Me fui, sintiéndome como todo una “new yorker” y, más con un saber de asombro que cualquiera otra cosa, con una idea definida de, volveré a verte, porque si hablamos de New York:
When I’m in New York, I just want to walk down the street and feel this thing, like I’m in a movie. -Ryan Adams