Cuando estas en una relación de pareja una de las cosas más importantes que se debe tener es; confianza, sinceridad y comunicación. Estas tres se van trabajando durante el tiempo de pareja porque hay amor y buscas agradar a la otra persona en todos los sentidos. Cada día te esfuerzas para que esa persona te mire, te hable y te note. Mientras pasa el tiempo te vas transformando, quizás creciendo y confiando más. Deseas que llegue la tarde para contarle con amor como te fue en el día, tus éxitos, tus derrotas y las aflicciones. Porque es mejor tener a alguien que pueda estar en las buenas y malas. Es hermoso sentir que al final del día puedes contar con alguien que te ama, te escucha y hasta sientes que te cuida.
Lo mismo ocurre con nuestra relación con Dios. Cuando oramos creamos una conexión directa con Dios. Es allí cuando le demostramos que le amamos, que es importante y queremos agradarle. Dios nos demuestra en la relación que creamos con él, un sumo cuidado de nosotros, el observa nuestro esfuerzo y nos nota. Cuando buscamos hablarle a detalle con confianza y paciencia algo debe de suceder. La relación se transforma, algo cambia. Al final del día las aflicciones ya no pesan tanto porque él ya las venció, al final el lamento se convierte en gozo y nos volvemos más resistentes a las situaciones difíciles, porque hay alguien que nos cuida. Oramos porque le amamos y porque él ha sido bueno todo el tiempo.
Podemos sentir un amor genuino y verdadero con Dios, él espera por nuestra comunicación.