Cuántas veces hemos leído esta frase hasta el punto de hacerla nuestra, pero no es real. El tiempo no cura nada, no puede. El tiempo es solo segundos, minutos, horas, meses y años. Pueden pasar muchas cosas en un periodo de tiempo, pero eres tú el que decide que pasa en el y eres tú quien decide levantarte un día y decir; “voy a curarme”. Vas a pararte y pensar que vas a recorrer lo que sea necesario en esta vida para vendarte. Vas a coser cada herida que está abierta. Si te caíste te limpiaras las rodillas y te levantaras con más fuerza que antes; con la frente en alto, que el piso ya lo tocaste y debes sentirte valiente porque decidiste que el tiempo de quebrarte termino que el tiempo de raspar; el piso ya paso y que un nuevo comienzo te espera, pero todo esto lo haces tú.
Y es que acaso no lo recuerdas, eras la persona más fuerte que has conocido mientras te dicen que el tiempo cura todo, debes pensar que para curarte estas tú. Solo necesitas de ti, porque el tiempo solo es una magnitud de la física y la anatomía, la fisiología y la psicología de tu cuerpo te necesitan a ti entero. El tiempo no va a curar nada porque para curarte debes accionar, si no lo haces y decides quedarte estancado en la herida, el tiempo seguirá pasando y a ti te seguirá doliendo. Él ahora es cuando entenderás que tú puedes, que debes pensar en tus fortalezas, porque son esas las que te hacen ser inefable y ayudaran a cerrarte y continuar sumándote. Aférrate a ti, aférrate en lo que serás porque yo sí creo en ti, pero siempre recuerda donde está la cura…
… la cura está en ti, es por esto por lo que debes repetir cada día “para curarme estoy yo”.