Durante mi caminar por la vida hay momentos que me he sentido sola y en rutina. De momento, surgió la oportunidad de servir a un grupo de seres humanos que deseaban cambiar sus vidas y ser amor. Cuando hablo de servir me refiero a realizar algo que beneficie a otras personas y que sea de valor. Para servir, se requiere un amor incondicional por lo que haces porque no ganaras dinero ni cosas a cambio.
Estuve más o menos tres meses corridos buscando formas de apoyar a los demás, dar de comer, dar dinero a los que necesitaban, ropa, y cariño. Fueron los 3 meses más hermosos de mi vida sirviendo a personas de Puerto Rico que a su vez buscan transformaciones para el mundo. Vi como hay personas que tienen mucho dolor, coraje, miedo y soledad. Y con el poco tiempo de servicio aquellos hombres que habían sentido coraje comenzaron a abrazarse y arrodillados en el suelo oraron juntos para un mejor futuro.
Si te sientes dolida, cansada o sin esperanzas te recomiendo que vayas a servir de la forma que conozcas y que sea de tu alcance. De una persona que viene sirviendo por mucho tiempo y que aún me falta; debo decir que lo más hermoso y sencillo para sanar es servir con amor. Encerrados en cajas, cuartos, paredes no lograremos florecer como especie. Con el trabajo del servidor no se gana dinero ni ninguna otra cosa pero si recibimos amor, sanación, esperanza, amor propio, crecimiento, unión, valentía y sobre todo energías. Te invito a que pruebes el amor que se siente al servir a los demás. Debemos acordarnos que lo que brindamos a los demás es lo que eventualmente vamos a recibir.