Combativo. Así describiría este pasado verano 2019 en la isla. Un ambiente de lucha y hambre de justicia, permitió que marcáramos nuestra historia. Un movimiento se formó y solidificó tras una idea, una meta en común; la renuncia del pasado gobernador, Ricardo Roselló. #RickyRenuncia fue la conversación de todxs, tanto a nivel isla como internacionalmente.
Puerto Rico despertó, renació, se levantó con nuevos aires y fuerzas. Ante décadas de violencia ejercida por parte del estado, la/el puertorriqueñx mostró su cansancio y denuncio a través de su derecho de libertad de expresión, la corrupción, la violencia, la precariedad, el racismo, el sexismo, además, su indignación en cuanto al mal uso del poder gubernamental. Tantos abusos e injusticias crearon un gran desasosiego en el pueblo puertorriqueñx. Como resultado, surgió una nueva actitud, el país del #YoNoMeDejo.
“Nos quitaron tanto, que nos quitaron el miedo”. Tanto así, que diversidad de personas salieron a la calle, de diferentes generaciones, de diferentes pueblos o países, comunidades y sectores. Cantidades masivas, nunca antes vistas movilizaron y transformaron los espacios de Puerto Rico y en otras partes del mundo. Todos unidos, en un solo son, batallando por la patria.
Estas manifestaciones que duraron entre a una a dos semanas fueron caracterizadas no tan solo por ser consistentes y con gran flujo de personas, sino por su variabilidad representativa. Fue una lucha:
- Feminista
- Queer
- Multigeneracional
Hicimos historia, y cada sector fue clave e importante en la elaboración y construcción de un nuevo país. El pueblo puertorriqueñx fue consistente en sus denuncias, y no permitió que diferencias ideológicas tergiversaran el movimiento político.
Otro elemento distintivo de estas manifestaciones, fue la multiplicidad de métodos de luchas. La creatividad de estos mecanismos y la pasividad en que se efectuaron los mismos fueron dignos de discusión y ejemplos para otros movimientos y países.
Combativo, fue el ambiente, fue el espíritu colectivo, también, fue el mío. De este pedazo nuevo de historia, se reproduce nuevo conocimiento y aprendizaje. Entre ellas,
- En la diversidad, hay fuerza.
- Las manifestaciones sí tienen un impacto político.
- Se puede transcender del partidismo político, para luchar por un Puerto Rico justo y equitativo.
Ahora bien, ¿cómo esta experiencia impacta el trabajo de un profesional o futuro profesional de la conducta humana?
Debemos, como futuros profesionales de la conducta humana, estar conscientes de nuestro contexto histórico, y ser conscientes implica vivir el mismo y tomar acción ante ello. Tomar en consideración que estas realidades impactan las subjetividades propias de las personas que en un futuro cruzaran caminos con los nuestros. Conocer y entender los movimientos y valores de la cultura de la cual somos parte, permite un mejor acercamiento y entendimiento del ser humano.