Brujas malditas
Por: Frances Rosado Malavé
Adelina, la bruja mayor, recogió sus diez hijos y se mudó a Nueva York sola. Su marido testarudo se quedó refunfuñando en Ponce, en la misma casita de madera, buscando agua al río solo ya que no podría volver a mandar a sus hijas que vayan por él. Adelina consiguió trabajo en una fábrica, sus años de costurera desde la casa le sirvieron bien mientras la industria buscaba mano de obra con que produjera líneas limpias y nadie más perfeccionista que una bruja puertorriqueña. En esa primera ida solo llevó a los mayores, dejando a los chiquitos esparcidos con familiares, todas mujeres. Las tías se hicieron cargo de los pequeños sin pensarlo dos veces, las mujeres se cuidan una a la otra.
Mi abuela, la número siete de diez, se quedó con la tía que trabajaba en la central Aguirre, ahí por primera vez ve una nevera.
A solo un año desde su partida, Adelina volvió, a recoger el resto de sus hijos y llevarlos con ella a su nuevo hogar. Les esperaba un estudio sencillo donde todos dormían juntos rodeando la calefacción que tenían, mientras Adelina rogaba que no se dañara antes de que terminara el invierno neoyorkino. Doce embarazos, diez hijos. De sus diez hijos cuatro terminaron el cuarto año, los demás se iban casando mientras cumplían su mayoría de edad y conseguían trabajo. Perdió su primogénito a la guerra como muchas de su generación.
Adelina, es la matriarca que abandonó la casa por la búsqueda de mejores oportunidades para sus hijos. Sin saber que su magia reflejaría sobre sus hijas menores una dificultad a mantenerse domésticas.
Para mi abuela significó mucho sufrimiento. Mientras a sus hermanas mayores le salía bastante bien el casarse y parir, mi abuela se topó con su primer marido a los dieciocho. Pensando ser feliz para siempre el cuento se distorsionó mientras el mal manejaba el dinero, bebiendoselo. Abuela se aguanta la lengua un poco cuando me siento a recoger sus memorias por pura curiosidad. Recuerdo como le cambio el semblante cuando logre que me hablara del abuso que sufrió a mano de sus primeros dos maridos. Sirviendo su propósito matrimonial quedó embarazada bastante rápido luego de contraer matrimonio esa primera vez, naciendo entonces la primogénita que por insistencia de su padre hereda el nombre de abuela, Ana. Reteniendo el pensamiento propio le puso de segundo nombre aquel que ella realmente quería para su hija. Su segunda hija nació a eso de los dos, tres años, está siendo producto de un no matrimonio ya que ellos en realidad nunca se casaron. De chiquitas vivieron con Adelina quien se hizo cargo mientras mi abuela trabajaba y realmente hacía lo que le daba la gana.
Conoció a mi abuelo en una bodega y el tramo a la boda no fue muy largo pero este fue el hombre que realmente hizo la familia. Trabajador y sin vicios, crío a mis tías como si fueran de él y aun después de tener de tener sus propias, jamás cambio de ser con ellas. Todos describen a mi abuelo como un verdadero hombre de familia, realmente es una pena que no pude tener el abuelo del cual mis primos mayores gozaron…
Cuatro hijas, Ana, Irma, Nancy, Iris.
Ana, la primogénita, nacida en el 57 siempre tuvo su pelo largo y sus complejos a flor de piel. Se desvivía por su primer y único marido con quien no logró tener hijos. Perdió uno, eso me contó mi madre, cosa que recuerdo pero no mencionó mientras mis primas me comentan lo bueno que era él con ellas y nuestra tía a la vez insistiendo que si ella hubiera buscado ayuda médica de seguro hubiera tenido hijos y a lo mejor hasta todavía estuvieran juntos. Me reservo lo que se ya que no estoy segura si ellas están al tanto. Pienso en lo que se ha vuelto mi tía Ana, que a la vez es mi madrina, quien me buscaba a mí junto a mi hermano mínimo dos veces al mes para ir al cine y estar el día juntos. Ahora ni la quiero ver. Se ha refugiado en una cueva donde constantemente bebe vino solo saliendo a lavarse la cara para ir a la iglesia donde se ha dejado quitar todo el sentido de fuerza e independencia que solía tener. Solo emite toxicidad por sus poros. Ella era la única de las cuatro que heredó el amor por la máquina de coser…
Irma, se casó joven, con un asociado en secretarial, tuvo su primera hija a los veintiuno. Casi un año después parió su segunda, esperó dos años más antes de tener el varón que heredó el nombre y segundo nombre de su progenitor. Cuando esta tía al fin decide operarse para no parir más ninguno se entera que tiene ya unos meses de embarazo haciéndola entonces madre de cuatro mientras su matrimonio se caía en cantos. Ella se fue por su lado y el por el suyo pero no fue hasta años luego cuando ambos ya tenían parejas serias que decidieron oficializar su separación con un divorcio. Solo le conocí un novio a mi tía y fue a ese que tenía cuando se divorció pero mi primas me cuentan de distintos amoríos y como la mayor vio cuando su madre montaba la cámara en el cuarto con uno de los novios post separación y le decía que velará que nadie entrara al cuarto. Todo esto pasando cuando mi prima más necesitaba una madre que la defendiera ya que en cuanto su madre cerraba la puerta el hijo del novio la pilla contra la pared y se aprovecha. Dentro de su nuevo cristianismo mi tia parecería una santa y la podrás ver condenando a su hija menor por tener el vibrador debajo de la almohada. “Mejor eso a una enfermedad de esas,” dice mi prima sin importarle lo que piense.
Nancy, mi madre, de gorda a rompecorazones, más bien a esqueleto andante pero asi se gana la vida, trabajando en el gym 24/7.Luego de tener su corazón destrozado por el hombre que pensaba sería el indicado se topa con mi padre. Francisco le vende villas y castillas, comiéndole la mente con el libreto de la vida perfecta, la boda, el matrimonio, los hijos y quedarse en la casa solo para seguir la gestión maternal. Con el sonido del reloj pegado en el oído se dejó convencer. A los 27 mi madre se casó. Antes de su primer aniversario ya me estaba esperando, siempre me dijo que realmente no estaba en los planes, que quería esperar a por lo menos tener un año de casada para empezar a tratar pero si realmente lo hubiera querido hacer yo no estuviese aquí. Las villas se quemaron y las castillas estaban cayendo en cantos, el cuento se quedó siendo solo eso y la realidad los alcanzó rápidamente. Viendo el deterioro de ese mundo mi madre se subió la falda y se hizo otro hijo. Siempre me sospeché que mi hermano fue un último polvo antes de que se hundiera el barco por eso cuando escuche la confirmación de mi madre solo me interesaba escuchar su justificación. “No quería que te quedaras sola, quería asegurarme que tuvieras alguien que fuera producto del mismo amor que yo,” ella tocaba mi cara mientras hablaba su verdad pero sigo pensando que mi hermano fue un último intento por salvar un matrimonio que ya no tenía mucho por salvar.
Iris, dio candela con co… se desaparecía, se llevaba el carro y hasta le espetó un tenedor a mami en el brazo. Cuando abuela estaba embarazada con ella pensaban que iba a ser el varón pero les salió la hija más cojonu’a de las cuatro. Titi Iris, quedó embarazado a los 19, y de esa no me se el chisme completo porque nunca se habla de el papá de Jean. Realmente no supe que él no era hijo de Jaime hasta ya grande. Ella es la que te dice las cosas como son, la que te ve ya grande y te sienta para hablarte de lo que es el sexo y las maneras de cuidarte, ella es la que se asegura que tu tengas toda la información que necesitas. Esta tía es la única que le ha durado el matrimonio, han estado juntos en las buenas y en las pésimas pero lo más que los ha ayudado es el aislamiento. Aunque no estoy segura si que sigan juntos sea lo más saludable sé que estar junto a otra persona por tanto tiempo jamás es fácil. Titi Iris es la única de las cuatro que no tiene hijas, sino dos varones, Jean y Jeremy.
Nuestra primera bruja nos abrió el espacio a la magia, nos conectó la vida con aguja e hilo tejiendo el camino y llamando sobre nosotros las ancestras guardianas que con nudos y trenzas hace mantos para cuidarnos. Mi abuela, siendo bruja heredera tomó la magia en sus manos y siguió tejiendo, cometió errores pero hizo todo lo que pudo dentro de su capacidad y la mentalidad de su generación. Mis tías mayores y mi madre, han dejado morir hasta que solo queda una chispa, que intentan ahogar constantemente en la búsqueda de ser normales. Mi tía menor le echa agua a esa chispa, como le echa agua al bosque que tiene en la sala de su casa ya que no puede plantarlas fuera con el clima en Texas. Las brujas menores, mis primas, van perdiendo un poco más de magia por cada año que pasan cultivando su dolor por tener una familia tradicional en vez de empoderarse con sus propias magias…
-Él no es lo que yo esperaba para ti- Enserio, Vero the fuck? –Espero no me lo tomes a mal-
-No, tranquila.- Pendeja, eso era para decirle dos o tres, Hector tampoco es lo que yo esperaba para ella pero, ¿yo le digo algo? Hell no… ¡Porque no es mi problema!
-Después de tu quinceañero, no sé, esperaba que llegaras con un muchacho… no sé,- Si no sabes, ¿para que el comentario? –No sé, esperaba otra cosa, alto… otra cosa,- Suéltalo, si vas a montar esta conversación, suelta la sopa completa. No esperabas que trajera un muchacho gordo, de mi misma altura y que aunque trate de ser polite no le coma la mierda a nadie cuando quieren joder. Sé que no lo vas a decir por más que quieras decirlo. Tu estrategia es la misma con todo, tiras la puya dices dos o tres comentarios tratando de ser sutil y luego te echas para atrás.
Seguimos pegando palos en envases de cartón. Solo faltaban 5 para tener los 10 centros de mesas que necesitábamos, pero el cansancio nos estaba cayendo encima. Faltando solo dos semanas para el baby shower de Nani la presión de terminar las decoraciones y estar listas para montar todo nos tenía on the edge. Todo se va a ser en casa de Vero y su obsesión con la perfección no la deja relajarse.
-Todo tiene que estar listo, necesito que todo se vea lindo. Tengo que pintar el portón, ¡no quiero que llegue toda esa gente y tener mi casa hecha un chiquero!- Tienes que parar, Vero. Ya me estas sacando por techo. Olvídate de los comentarios innecesarios, necesito un día para mí, necesito no parar todos mis días libres aquí haciendo todo esto para una mal agradecida que solo critica todo y se justifica con decir ‘es que yo no pedí eso’. Bajale, Nani esta preña. No le bajó mierda, que este preña no la absuelve de responsabilidad sobre lo que dice y hace. Se le está dando todo lo que ella pidió y más. Nadie en la familia, ni siquiera la misma Vero ha tenido un shower como el que se le está montando a Nani…
-Vero, ya son las once. Abuela me tiene que estar esperando,- Ya abuela lleva fácil una hora dormida, pero necesitaba decir algo que la hiciera caer en tiempo.
-Sí, ya vete tranquila. Dejamos esto aquí y seguimos mañana-
-Okay,- recojo mis cosas y saco mis llaves del bowl de la cocina. Mis cosas ya parecen encontrar su propio lugar en este espacio.
-¿Vienes mañana, verdad?-
-No.-
-¿No?-
-Necesito un descanso,-
-Okay, tranquila. Creo que mañana termino unas cositas y llevo a Vale al cine que ya lleva mucho tiempo sin salir. ¿Cuándo me traes las cortinas?-
-La semana que viene, sin falta. Nos vemos el lunes,-
-Suavecito por ahi y me avisas cuando llegues,-
-Bye-
Ya mi carro está lleno de dibujos de Vale. Cada vez que llego con una camisa que le gusta rápido busca lápiz y papel y me hace un dibujo nuevo. En su cuarto están en las paredes, en el escritorio y hasta en la puerta del closet. En la cocina se puede ver el ideal de las películas, en la nevera con imanes bonitos. Vale es la nena milagro que por mucho tiempo se pensó que Vero no podría tener. Luego de perder 3, creo que la única con seguridad de que se ella tendría hijos era yo. Cuando me entere que ella estaba embarazada me alegré mucho pero una pregunta retumbaba en la mente de todos; ¿Quién es el padre? Desde que se divorció del militar Vero nunca trajo ningún novio a casa para que abuela lo conociera y de la nada llega embarazada. A principio pensé que Héctor era el papá de Vale, siete años después y aún no he visto ni una foto de este donador de esperma.
De Vega Alta a Bayamón me hecho media hora si no hay tráfico. La casa de Cesar me queda de camino, y si no paro ahí probablemente colapso. Me estaciono y lo veo abrir el portón en bóxers. Me bajo rápido a plantarle un beso.
-Que descanses mi amor, mañana bajo temprano y estamos todo el día juntos,-
-¿Qué quieres hacer mañana?-
-No sé, lo que sea. I really need cuddles. Ya, vete a dormir, nos vemos mañana.- Le doy otro beso y me intento separar.
-¿Cuándo se supone que caigas?-
La pregunta retumba en mi mente, ya va más de un mes pero como el plazo más largo que he tenido entre periodos es de 55 días no quiero caer en la trampa mental de creerme el embarazo. Pánico y añoranza. Cualquiera diría que no le puedes tener miedo a algo que quieres tanto. Claramente no es el momento ‘correcto’ todos me lo siguen diciendo pero sé que jamás hay un momento ‘correcto. Mira a Nani, 32, embarazada y echa un ocho por que fue una noche de calentón con un hombre que parece más niño que mi hermano de 17. Que yo quede embarazada de una relación de 7 años rumbo a 100 años mas no es nada. De Cesar me puedo dejar mañana y felizmente sigo un embarazo de el aunque no estemos juntos. Pero gradúate primero. Escucho la voz de mi madre…
-El día del baby shower,-
Al llegar a casa trato de subir a mi cuarto sin hacer ruido. Me quito los zapatos antes de entrar, abro el sliding door de la sala suavecito y subo las escaleras. En mi cuarto colapso pero no logro rendirme al sueño. Siento como si la gaveta retumbara. Las dos pruebas sin usar esperaban que tomara la decisión. ¿El dia del shower ¿El día después? ¿Le doy una semana adicional por si acaso? Entre preguntas sin contestación quedo dormida, no sueño y llevo meses así. Extraño ese espacio extraño donde a veces logro cambiar mis sueños adrede o simplemente dejo que fluyan por ver a donde me lleva la línea del subconsciente. Recuerdo soñar con gemelos desde intermedia. Uno con el pelo negro y otro rubio, siempre varones, cosa que casi no hay en mi familia materna.
Me levanto con la alarma, me preparo rápido y bajo ya lista para irme con llave en mano. Abuela me da el buenos días y hace uno de sus clásicos comentarios. – Ay, ¿ya te vas tan temprano?- Trato de ser nice pero si no es mi cara, mi tono delata mi irritación al contestarle. Creo que ya ella lo toma por sentado so ya casi ni se ofende cuando ve mi reacción. Le doy un beso en la frente, compensado por la actitud y al darme la media vuelta ella me echa la bendición que nunca pido.
No me toma mucho tiempo llegar a casa de Cesar, donde mi suegra me abre el portón y desde afuera me da el olor a huevo frito con jamón. Ella me habla del baby shower de Christian, el sobrino, que se rompió el culo en el Army y está casi muriéndose con veinte condiciones más a solo unos 25 años de edad.
-Va a ser online. Tienen el registro en la página de Walmart. Solo hay que pagar y ellos recogen las cosas allá.-
-Okay, eso está chévere.-
-Si, como ellos no tienen a nadie por allá, pues creo que es mejor así. Me dijo que luego hacen un live para abrir los regalos.-
-¿En qué estado es que están?-
-No me acuerdo.-
Pensé en la posibilidad de mandarle unos paños pero conociendo a la abuela de Christian, ella se los va a hacer. No le quedaran tan lindos como los míos pero no voy a hacer sentir mal a nadie, mejor algo genérico y ya. En fin, no tengo el nombre, aunque si Christian se casó con Christa de seguro le ponen algo con Chris en el comienzo. Los bebes están lloviendo en estos momentos, la nena de Moon ya tiene 3 meses, Michelle tiene su nene de cinco meses y está embarazada de nuevo, Yarlee esta acaba de parir su segunda nena, y luego de que Christian tenga su nena Cesar sería el único de sus primos que falta del grupo que nacieron en los 90’s.
Lo despierto con un beso. El solo extiende sus brazos para halarme hacia él y quedo rendida en la cama, durmiendo todo lo que no pude la noche anterior. Así pasan los días hasta llegar al baby shower de Nani, entre días largos en casa de Vero y siestas ricas en casa de Cesar. El día del baby shower vi como todo el esfuerzo valió la pena al ver como las cortinas lilas le servían de fondo a un Candy bar con todos los dulces que encontramos de color violeta, rosita y dorado. El bizcocho quedo hermoso con pétalos de los colores temáticos y los centros de mesa estaban listos para causar sensación.
Luego de montar todos los toques finales viro a casa para vestirme y buscar a abuela. Y en las palabras de Cesar, ‘todo se fue a la puta.’
-¿Cómo que no vas?-
-No me siento bien para ir, – Abuela, ya me tenía harta con el melodrama de la iguana y justamente hoy tenía que toparse con una mientras le echaba agua a las matas.
-Pero anímate, así sales de aquí y te distraes un rato,-
-Ay Frances, no puedo, no me siento bien, mejor me quedo,- Se sube la mano a la frente y hablando con su voz de changueria que se nota el show cuando le sigo insistiendo y pega el grito en el cielo.
-Está bien, mejor ni vayas, Vale tiene una de mascota en la sala.- Para que fue eso… casi se tira del mueble. Subo las escaleras, me baño y me visto. En esas llega mami, hace como una semana que no la veo ya que nunca coincidimos.
-Y tú, ¿vas a ir?-
-Aquí le tengo unas cositas que le compre,-
-Perfecto, nos vemos allá.-
Sigo mi rumbo y llego a casa de Cesar donde el me espera al frente, ya casi montado en el carro mientras conversa con su madre. Me estaciono al frente y le dejo las llaves a mi suegra.
-¿El baby shower es hoy?-
-Sí, ya hoy salgo de eso.-
Saludo a Cesar y nos vamos en su carro. De camino cae un aguacero que me asegura que a última hora la gente no va a llegar, el mismo Cesar considero virar pero seguimos como si estuviéramos en un submarino hasta llegar. Ya Nani y Titi Irma habían llegado pero en el estacionamiento solo habían dos carros más, el de Wilma y otro que asumí tenía que ser de alguna amistad de Nani.
-Aquí no hay nadie,-
-Ya son las cinco y la invitación decía a las 3.-
Tanta cosa y falto la mitad de la gente. Mami nunca llego, el papa de Nani y Vero tampoco. Ya mi cansancio era tanto que ni me importo. A Vero se le notaba la decepción.
…
Con tanto bebe, y el enfoque constante en el baby shower y embarazo de Nani en mi cabeza corría constantemente en la posibilidad de uno propio. Un nursery turquesa, todo sería turquesa, blanco y gris, colores neutrales. Siempre he pensado en no saber el género hasta que nazca pero que los sepamos Cesar y yo no significa que nadie más se tenga que enterar, mejor así evito que me regalen cosas solo rosita si es nena o solo de deportes si es nene. Pienso en tejer mis propios paños, hacerle ropita y zapatitos. El sueño es destrozado cuando vi el negativo en el día 60 y se remató cuando quince días después caí en regla. Limpie mis lágrima antes de que Cesar me volviera a ver llorando.
Me levanté un lunes cualquiera, ya tiempo después para cuando me toca mi próximo periodo, y veo la llamada entrante.
-Buenos días, mi amor,-
-Buenos días,-
-Anoche soñé,-
-¿Qué soñaste?-
-Soñé que estaba en la sala, con una nena y un nene. Tú estabas en la cocina. Era un poco raro. Primero eran grandes, de cómo siete y seis años pero al rato era bebés, de un año la nena y el nene de meses en mis brazos.-
Aún se me olvida que él tiene su propia magia a flor de piel. También abandonada por una generación. Ahora solo queda dejar que la corriente nos lleve al próximo camino como nos ha llevado el uno hacia el otro.